Problemas de Articulación Temporomandibular (ATM)

Problemas de Articulación Temporomandibular (ATM)

La articulación temporomandibular (ATM) conecta la mandíbula con el cráneo y permite funciones esenciales como hablar y masticar. Cuando esta articulación presenta disfunciones, puede generar dolor, chasquidos, bloqueo mandibular y otros síntomas que afectan la calidad de vida.

Los trastornos temporomandibulares o trastornos de la ATM pueden estar relacionados con el estrés, el bruxismo (apretamiento de dientes), alteraciones de la postura del cuerpo (incluso problemas en los ojos y en los pies), traumatismos, maloclusiones o cirugías previas.

¿En qué consiste el tratamiento?

El tratamiento para los problemas de ATM comienza con una evaluación clínica detallada del movimiento mandibular, la musculatura facial y cervical, y posibles hábitos que contribuyan al problema.

En función del diagnóstico, el tratamiento puede incluir:

  • Férulas de descarga: Son aparatos que colocamos en la mandíbula que ayudan a relajarla la musculatura y articulación y evitar el desgaste dental por bruxismo (apretamiento de los dientes).

  • Rehabilitación biológica: Consiste en recuperar la estructura dentaria desgastada o perdida de forma prematura para conseguir la armonía y el equilibrio en la oclusión, la masticación y las funciones, solucionando problemas musculares y articulares.

  • Reset ATM: Masajes terapéuticos (fisioterapia), terapia manual, ejercicios de movilidad.

  • Estudio postural: Corrección de alteraciones posturales desde un punto de vista integrativo.

  • Reeducación funcional: Ejercicios para mejorar la coordinación y función mandibular.

  • Tratamiento multidisciplinar: En casos más complejos puede requerirse colaboración con
    fisioterapeutas, osteópatas, logopedas o psicólogos.


Beneficios del tratamiento ATM

  • Reducción o eliminación del dolor de la ATM, facial y cervical.
  • Mejoría de la movilidad mandibular, facilitando funciones como comer.
  • Disminución de ruidos articulares (chasquidos, crujidos) y bloqueos.
  • Prevención del desgaste dental y otros daños asociados al bruxismo (apretamiento de dientes).
  • Mejoría del descanso y la calidad de vida general del paciente.